Luego del descubrimiento del lugar, se emprendió la labor de identificar el propietario y cómo acceder a la posesión del cerro. El resultado de la investigación permitió establecer que el cerro era de propiedad del señor Beseleel (casa de dios) Sánchez, procediendo seguidamente a localizarlo y abordarlo. Luego de varias reuniones, establecida la afinidad de propósito entre el señor Beseleel Sánchez y Alfredo Agudelo, reconfirmada además con planos idénticos que ambos en forma individual habían concebido para desarrollar construcciones en el lugar, como fue el tipo de diseño hexagonal -alveolar- piramidal- heptuple con aplicación de helio cromoterapia, se entró a plantear una  negociación parcial del terreno, definiéndose el área donde posteriormente fue sembrado el cubo de mármol o primera piedra, según documento de compra-venta firmada por ambos el 6 de abril de 1990.​ Ver ventajas de este lugar.